miércoles, 28 de agosto de 2013

Diary

Tengo esto abandonado, no me gusta escribir en primera persona en estos lares. Aún así creo que hoy toca. Un verano muy movido por ahora, y que pronto perecerá en nuestra mirada. No he escrito casi nada, digamos, que no tenia ganas de ponerme por aquí, otras cosas mas "importantes" requerían mi atención.

Como mi salud, este cuerpo humano es un asco. Todo el verano con dolor en la garganta, días fuerte, días normal y días sin dolor, pero luego volvía. El tapón del oído, y por último esto del corazón. Verano completo. Ah¡ y como no, resfriado cada dos por tres. Menos mal que siempre estuvieron hay para todo las personas mas importantes (Alicia, familia, grupo) sabiendo cada día que me pasaba, soportándome, apoyándome y haciéndome feliz, olvidando estas cosas de la vida. 

Por otro lado. El grupo... conciertos, ensayos, escribir el libro, escribir letras, grabar, ensayar, volver a grabar, volver a escribir, volver a ensayar... conciertos, volver a ensayar, monta, desmonta. Volver a ver gente tan apreciada que ves solo en esos mágicos días de concierto. Sobre todo, a destacar, el de la Calle de Alzira, cuantos amigos y conocidos se reunieron, cuantas conversaciones, risas, reflexiones, contar como nos va la vida... El de la Plaza del Mercat de Xàtiva, también cuantos amigos, cuanta gente ¡¡¡ mas de media plaza llena. Fue otra gran noche, otra gran lección para la vida.

Tiempo para Diablo III, subiendo a mi querido mago de hielo, la cazadora de supervivencia, brujo de perros zombies y haber si termino de levear una maga para arconte. Si, sera chino para muchos de vosotros, pero yo me entiendo. También un día por amor al arte me descargé el wow en versión cata para probar el huargen como mago. La verdad, esta bastante bien, pero solo fue una tarde. Partidos random al FIFA con mi querido hermano. Y últimamente al Candy del Face que me "engancho" mi preciosa novia y el manager que volvió a instalarlo mi hermano.

Que mas cosas me han dejado ocupado este tiempo? me se una, pero esa quiero escribirla la última, lo mejor y mas intimo al final.

Me se varias mas... pero es algo tarde, pues mañana se ensaya y comprar, así que hay que madrugar. Así que pasamos al final.

Lo mejor del verano a sido lady Alicia, con la pena de no poder haberla visto tanto como me hubiera gustado, pero lo bueno de las redes sociales es que te permite estar cerca de los seres queridos pese a la distancia. Que voy a decir de ella? Tengo mil palabras y todas validas y hermosas, pero decir todo eso, sería llenar el blog con un sermón lleno de cosas románticas hacía ella. Ver notificaciones en tuenti y ver que es un mensaje suyo le alegra el día a cualquiera y mas si es por la mañana, cuando regresas de cenar, de ensayar o hacer algo fuera. Cuando nombra sus "bobo, idiota" e imaginármela diciendo esas palabras sonriendo y loca de amor por dentro, seguidas de un beso. Cuando escribe sus "Cariño sabes que?" eh imaginármela tan tierna e ilusionada por contarme algo. Cuando dice un "cariño" por la noche e ir seguido de que se va a dormir e imaginármela en la cama, tan tranquila y soñar con arroparla un día en un abrazo para que duerma. Es tan tierna, dulce, atenta... la veo tan llena de vida, tan feliz, tan encantadora, me encanta todo de ella. Me encanta que me cuente sus cosas y ver como confía plenamente en mi, esas cosas hacen que cada día la quiera aún más. Me encanta que me diga te quiero, me encantan tantas cosas de ella, que podría seguir, y no cansarme... tengo mil cosas para lanzarle flores. Si ella pudiera verse, con los ojos en que yo la observo, descubriría mil cosas mas... Quererla es poco... muy poco... muy poco para lo que siento... yo... te amo. Puede que no lo leas cariño, pero gracias por todo, espero ser para ti, tanto como tu eres para mi. Por que sin ti el día se oscurece, el mana no tiene sabor, el aire se vuelve pesado y el mundo es una prisión, tu eres la libertad en la jaula, o como bien dice esta canción nuestra... 

"Solo tú eres, la diferencia entre vivir... o morir... " Erg Alucwoll - Libera mi alma.

jueves, 1 de agosto de 2013

Llama 2 - Despertar de sombras - Ignis: Juglares de Fuego

Llama 2

“La noche baña la ciudad… El sonido es acunado con el silencio y la gente duerme en su hogar, refugiándose en sus vergüenzas. Todos acatan el mundo que les rodea, pero algo no funciona. Con tinta y en este pergamino, escribo bajo la luz de la luna, unas líneas que podrían costarme la cabeza. Mi mundo se derrumba, leo libros sabiendo que está prohibido, redacto palabras sabiendo que pueden matarme por el simple hecho de decir lo que pienso… Con las pocas personas que podía compartir estas palabras, han muerto una tras otra, durante estos días… Sólo quedo vivo yo…”

Un ruido irrumpió en la noche. El sonido de madera seca, crujiendo bajo los pasos de una persona alertaron a Shen, que se encontraba escribiendo estas líneas en un pergamino. Al escucharlos giró su rostro hacía la puerta. Sin pensarlo dos veces sopló el cirio para extinguir el fuego, y en consecuencia la luz, agarró el libro y se acurrucó en su cama cubriéndose con una tela su cuerpo y aferrándose al libro. La puerta gimió, al colocar un desconocido sus manos en ella.

El corazón de Shen latía muy rápido, sus brazos temblaban ante la duda de saber quién se hallaba tras la puerta. ¿Habría atraído la luz al guardia de la ciudad? Con solo pensarlo su cuerpo se atenazaba y se bañaba en terror. Unos golpes sonaron con insistencia en la puerta, su respiración se entrecortaba ¿También lo iban a asesinar a él tal y como habían hecho con sus amigos? El sudor nació de su piel y empezó a respirar  de forma forzada. Cuando de nuevo los golpes sonaron más tenaces.

-Shen, ¿estás ahí? He visto luz dentro… ¿Sigues teniendo insomnio? – dijo una voz dulce, pero a la vez preocupada -.

Tras escuchar dichas palabras, Shen se alzó de su cama con prisa, cogió el libro y lo ocultó dentro de una esfera. Con la respiración acelerada, cruzó la sala a oscuras y abrió la puerta con desespero, y observó a Iría, una amiga; que se hallaba en la puerta.

- ¿Qué haces aquí? Está prohibido salir a la calle una vez cae el sol, te mataran si te encuentra el guardia.
- Lo se, pero parece que el guardián esta hacia guardia por la otra zona de ahora. Y como vi la luz de tu ventana me preocupé, últimamente duermes muy mal y estas mas flaco, has perdido peso, debes cuidarte…
 - Tan sólo necesito estar a solas, márchate, este no es el momento. - dijo con la voz asustada y entrecortada -.
- De acuerdo - respondió con calma, como si no se percatara del terror que sentía su amigo, le beso la mejilla -. Sabes donde estoy si necesitas algo. –Le susurro al oído y se marcho-.

Shen cerró la puerta con brusquedad, como si fuera perdiendo la humanidad que le quedaba, desesperado por la duda. ¿Qué ocurría en verdad a su alrededor? Camino lentamente, perdiéndose en sus pensamientos, a veces sentía como si una vez le susurrasen. ¿Se estaba volviendo loco? Dejó caer su cuerpo sobre la cama, cerró los ojos y esperó a que el sueño llamase a su ser.

La noche pasó deprisa, como una estrella fugaz que surca el cielo estrellado. Se levantó de golpe y observó la luz del sol penetrar en su hogar por la ventana. Su casa era humilde. Tan sólo poseía una sala, la cama se ubicaba al final, delante hacia la izquierda una pequeña mesa con velas  y una silla, en la derecha tenía alimentos: desde algo de pan, jarras de agua y verduras.  

Se levantó con calma como si su cuerpo pesara, con una mirada perdida llena de cansancio, como si no hubiera descansado por la noche. Se cambió de ropa, colocándose una camisa blanca de manga larga, un pantalón marrón lleno de cortes, estaba desgastado por el tiempo y unas botas de herrero. Salió de casa con destino su trabajo.

Surcó la áspera tierra, con un tímido amanecer sobre las lejanas montañas. El viento que lo rodeaba y el aroma del despertar de las flores al alba no llegan a transmitirle nada, pese a que sentía inquietud por conocer como lo sentiría. Su mirada estaba cansada, demasiadas cosas perturbaban su cabeza.

La gente que le rodeaba en la calle seguía un mismo rumbo, dejándose guiar por sus piernas, como un ser incrustado en una sociedad que estaba enferma, pese a que nadie se percataba. Ejecuciones en la plaza, robos, violaciones, maltrato animal y violencia de género, opresión por parte del guardia… Pero parecía que a nadie le importasen estas cosas.  “¿Por qué sólo a mi se me revolvía el alma de rabia al pensar en esas cosas y el resto de la sociedad simplemente gira la cabeza?” Eran las palabras que golpeaban su conciencia, día tras día, segundo tras segundo… “¿A caso el mundo no es como observamos? ¿Habrá algo mas?”

Shen se paró en seco, volteó su rostro y observó su herrería. Varias espadas y escudos se observaban desde el exterior. Con gran desagrado entró y empezó a prepararse. Al fondo se observaba una caldera muy antigua, con grandes marcas del tiempo en ella. Un poco mas a la derecha, se ubicaban varios troncos, cogió una de sus espadas; era de filo negro, muy extraña, tanto de apariencia como de uso. Cortaba dichos troncos mejor que las hachas que tenía. Con agua y unos trapos sucios limpiaba la mesa donde atendía sus clientes. Allí tenía un reloj de arena, varios pergaminos y plumas con tinta. Mientras, quitaba la humedad de la noche en el filo de las armas y en sus escudos.

El día pasaba, y nadie entró a lo largo de la mañana.  Por la tarde, observaba la gente pasar; nadie se paraba, ni siquiera a mirar hacia donde estaba su herrería. Se sentía perdido, vacío, observando dicha desolación.

La muerte de sus amigos, y el continuo silencio a lo largo del día le torturaban. Observaba el sol y cada segundo le parecían siglos. Sentía como si el mundo se derrumbara a sus pies. Como si estuviera cayendo en un abismo sin fin y donde gritaba, pero nadie lo podía escuchar. Se giró bruscamente, lleno de confusión. Observó ligeramente el reloj de arena que se situaba en su mesa pero, no le dio importancia. Con intriga volvió a observarlo… Y se percató… La arena estaba suspendida en el aire. Un frio aterrador recorrió su piel y sintió como una garra helada recorría su espalda y llegaba a su cuello. Estaba aterrado y de golpe unos toques sutiles a la puerta le hicieron volver a la realidad.

- Perdone, ¿es el herrero, Shen? - Un cliente, pensó. Llenó su rostro con una gran sonrisa y se giró a saludarle.
-Ho…- No llegó a terminar el saludo, su cara se quedó a cuadros ante la apariencia de la persona que acababa de entrar -.
- Lo siento si le asusta mi ropaje, pero nunca me intereso por lo que pensara la gente de mí.

El recién llegado tenía una apariencia que nunca antes habían observado los ojos de Shen. Pues, el reino obligaba a todos los hombres y mujeres a vestir de una forma pareja dentro de unas directrices. Este ser, las quebrantaba todas. Su rostro estaba prácticamente tapado por una capucha, anclada en una túnica oscura que le cubría hasta los pies junto a una gabardina, con una textura extraña pues parecía como si su ropa  estuviera formada por llamas negras. La poca piel que se le observaba estaba cubierta por unos vendajes, adornados con unas letras extrañas de color negro, su rostro estaba parcialmente cubierto, también, por dichas vendas excepto su ojo izquierdo, un ojo con mirada seria, imponía respeto y plasmaba una gran sabiduría. Si se observaba detenidamente su ojo, en el centro de su pupila se observaba una esfera morada y en su marrón iris se observaban cuatro figuras, parecían cuatro dragones en forma de uróboros, mordiéndose con su boca el rabo. Al observarle detenidamente, sintió pánico, ¿era este el hombre que había matado a sus amigos?

- Tranquilo, yo no les mate y no preguntes como lo sé. Simplemente, sé leer el alma de la gente, pues tus ojos muestran la verdad y el lenguaje de tu corazón.
- ¿Qué desea?
- Hombre educado, hablando de usted. No hace falta que me trate de usted. He vivido entre tinieblas y dolor. No es conveniente que me hables así.
- ¿Qué quieres?
- Pareces un cachorro asustado. Lo único que quiero es darte un obsequio, por despertar la curiosidad y la conciencia de tu alma. Nadie en esta sociedad controlada por demonios la despierta y el que lo hace es asesinado, sois sus esclavos… Como tus amigos... Aunque no debería decirte tanto, aún no debes de estar preparado para afrontar la verdad.
- ¿Qué verdad? ¿Esclavos? ¿Quién les mato? ¿El guardia? ¿De qué hablas?
- Respira pequeño. Todo debe ser revelado a su debido tiempo. Sólo debes saber que al caer el sol del mañana vendrán a matarte. Ya has sido eliminado de la sociedad, has sido marcado, por eso para la gente de la calle no existe tu herrería. El mundo que está puesto ante tus ojos sacia tus sentidos, tus necesidades como ser, pero… No sacia ni despierta lo que en verdad eres...
- ¿Qué soy? ¡¿Que dices?! - Cogió con rabia una de sus espadas y la empuño para sentirse protegido.
- Humanos… Ya te lo he dicho, eres un esclavo… No debería contarte esto hasta que completes tu primera liberación…
- ¡Cállate!

Shen gritó, y se lanzó a atacar a aquel misterioso ser. Antes que se percatase notó una garra en su garganta y con una fuerza desmedida lo ancló en la pared. El movimiento que hizo el hombre encapuchado fue imposible de ser percibido por los ojos de Shen, que se encontraba aterrado. Le costaba respirar y con una vista aturdida intentaba observarle. Trataba de moverse, pero le sujetaba con demasiada fuerza, colocó sus manos sobre las de él para intentar escapar, pero era inútil, ni con la fuerza de sus dos manos era capaz, ni tan siquiera, de inmutarle… “¿Qué era ese hombre? ¿De qué iba todo lo que hablaba? ¿Era ese el hombre que mató a sus amigos o en verdad era el hombre de aquella ancestral leyenda?”

- Relájate chico, no vengo a hacerte nada malo.
- Por ahora no lo parece.
- Con tus amigos escuchaste una leyenda, una forma de vivir y de creer… Esa leyenda pasó hace siglos, y las leyendas vuelven a renacer tarde o temprano. En el libro que te dieron, donde narras lo que piensas, esta escrita dicha leyenda… Yo soy uno de ellos, soy uno de aquellos Juglares de fuego y si quieres saber la verdad del mundo tendrás que caminar por el sendero del oeste, aquel que se pierde entre las montañas.
- Si esa leyenda sucedió hace tanto es imposible que sigas vivo… Ese sendero, esta maldito, el que camina por él acaba perdido.
- Perdidos porque no conocen lo que son en verdad, se pierden dentro de su corazón, no en ese camino… Perdona por lo que vas a sentir.
- ¿Qué?

El juglar alzó la mano que tenía libre, la yema de los dedos empezaron a arder con fuego morado, Shen gritaba y sentía una energía que emanaba odio y desprecio, puro terror.  Le golpeó justo en la parte donde se encuentra el corazón. Del impacto, toda la sala se llenó de unas escalofriantes llamas como las de sus yemas, llamas que recorrían la piel del juglar y por los dedos penetraban en su corazón. Shen quería gritar, pero la voz no salía de su garganta, buscaba algo pero no hallaba nada, no se percataba de ningún sonido, ninguna sensación, era como si estuviese muerto. El encapuchado acercó su rostro al oído del herrero y le susurro.


-   Mi nombre es Erg… Erg Alucwoll… Un placer de conocerte.