martes, 21 de mayo de 2013
Llama 1 - El mar de los sueños - La leyenda de los Juglares de Fuego
En un lugar, en una época donde el ser humano no poseía limitaciones y era uno con el conocimiento, la sabiduría, la comprensión, la naturalezay el respeto... donde las almas no eran esclavas de las malas intenciones. En un lugar donde el único robo que se cometía era arrancar un poco más de la colcha del saber, un soplo más de conocimiento, robar un beso, de la dulzura de una pasión amada. El ser humano estaba cadente de codicia, arrogancia, egocentrismo, prepotencia, ira. la calma reinaba el mundo y las únicas guerras que lo habitaban eran guerras dialécticas para saber más sobre el mundo. Pero todo cambió cuando ellos llegaron.
Aquel día el amanecer nació aterrorizado y murió con un atardecer bañado por la sangre. Desde el horizonte, unas bestias de madera surcaban las feroces olas del mar celeste, multitud de personas los ocupaban, cada uno de ellos rebosaba ira, codicia, ansia de poder a través de sus ardientes ojos. Fondearon el ancla en las costas y descendieron con armas, sables. Un hombre con grandes atuendos y un sombrero rojo que le cubría parte del rostro se colocó delante de los pobres, miseros y desarrapados guerrilleros y con voz fuerte dijo:
-¡Vosotros! Pueblo perdido. Hoy es un gran día para vosotros. Nosotros os daremos cultura y educación. Somos gente de paz... hoy y siempre.
Se arrodilló y besó la tierra.
Los primeros meses avanzaron con calma, pero los pueblos que se oponían a esta culturización fueron cruelmente asesinados. En cambio, los que aceptaban el cambio observaron como se construyeron hospitales, ayuntamientos y colegios en las aldeas para poder dar orden y civilización a este humilde pueblo.
Todo cuanto los aldeanos recibieron como ayuda útil era, realmente, el principio de su fin. En los hospitales se operaban y curaban a los heridos y en consecuencia los magos y curanderos perdieron su prestigio ante la ciencia que inundaba esas instalaciones, y en donde solo controlaban la población, para experimentar. Los colegios aportaban conocimientos útiles para el correcto desempeño de los diferentes oficios pero precisamente esto convertía a los nativos en simples máquinas de trabajo, en lugar de en seres humanos en busca de la verdad y el conocimiento, en máquinas de generar capital para sus patrones. El conocimiento y la diversidad fueron extinguiendose. El hombre era una marioneta del poder. El pueblo libre intentó abrazar el progreso, pero solo abrazaba la esclavitud.
Pocos eran los rebeldes en aquel pueblo. Gente que conocía la verdad, intelectuales que dominaban la sabiduría del mundo: filósofos, músicos, poetas, escritores... todos ellos lanzaron críticas y se revelaron ante la desaparición de la libertad de expresión, ante la posibilidad de ser todos iguales sin necesidad de repudiar al diferente.
Por esto, un grupo de juglares, conocedores y expertos en todas las ciencias y conocimientos, decidieron emplear la mayor arma contra este imperio: el poder de la palabra, el poder de dar un motivo a la gente para luchar, el poder de la verdadera libertad.
Las fronteras territoriales creadas por los extranjeros solo produjeron conflictos, rechazo entre las aldeas y racismo.
Los juglares se pusieron en pie de guerra contra el imperio y en la plaza mayor de la capital iniciaron su espectáculo. Música, poesía, teatro y filosofía brotaban de entre sus versos. Y fué entonces cuando el imperio actuó. Los juglares fueron condenados a la hoguera, ardieron vivos. Los corazones de la gente se debatían entre sentir miedo y terror o diversión por el espectáculo. El mundo ya no era libre. Se perdieron los valores de la ética y la moral que nos diferencian de las bestias, el ser humano se convirtió... en el asesino de la libertad y el conocimiento.
Creemos ser libres en este sistema impuesto para el enriquecimiento de una minoría, para que el diferente sea discriminado, apaleado y asesinado. Esta es la civilización, esta es la evolución del hombre.
Aquellos juglares fueron conocidos como los Juglares de Fuego. Estos, recolectores del conocimiento, transfieren su saber con la llama de la vida, acariciando el fuego del interior de las personas.
Pues sucede así que aquella leyenda sigue hoy viva, y una minoría aun defiende sus ideales. Esta es la leyenda de como el ser humano alcanzó la verdadera libertad, el verdadero conocimiento. Esta es la leyenda de como el ser humano alcanzó la condición de humanidad. Pero esta leyenda no sera más que eso, una leyenda, si tu no pones de tu parte. Aquí empieza todo.
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